La fábula de Anderssen “El traje nuevo del emperador” trata de un mandatario que no destacaba en nada salvo por su espectacular vestuario. De esta afición se aprovecharon dos estafadores para ofrecerse a confeccionarle prendas con la tela más maravillosa del mundo, que además poseía la mágica cualidad de que los ignorantes y necios no podrían verla. La tela, obviamente, nunca existió, pero todos, so pena de parecer ignorantes, se asombraban ante la calidad de los tejidos y lo bien que le sentaban al rey. Hasta que un niño inocente lo miró fijamente y asombrado exclamó con sinceridad: “¡El rey está desnudo!”
En nuestro querido Avilés, aquellos que ya tenemos una cierta edad tenemos asumido que lo de nuestros gobernantes socialistas no es arreglar los grandes problemas de la ciudad, y que temas como el soterramiento de vías, la ronda norte, un Niemeyer referente, la depuradora de Maqua o la isla de la innovación no eran para ellos más que atrezzo que sacar cada cuatro años de un cajón habiendo interiorizado la ciudad su incapacidad de resolverlos.
A cambio, su departamento de marketing y propaganda nos inunda a diario de pomposos titulares y espectaculares anuncios acerca de su magnífica gestión del día a día, y de su modelo de experimentado gobierno. En resumen, humo y más humo hasta crear una niebla propia de un espectáculo de variedades que lo envuelve todo.
Este otoño el viento ha empezado a soplar con fuerza. 2.000 afiliados perdidos en tres años a la seguridad social, la mal rematada obra del parque del muelle, los continuos líos alrededor de la plaza de abastos, la perdida de una ciudad deportiva mientras nuestros vecinos celebran la riqueza que allí se va a crear…
Para cada vez más avilesinos se está empezando a disipar el humo y está apareciendo nítida la realidad de unos ropajes inexistentes y de un rey desnudo.
Lo hoja de ruta a poco más de medio año para las elecciones municipales parece clara a si uno mira la hemeroteca, el gobierno municipal pondrá a tope la máquina de echar humo y los anuncios y promesas se van a suceder, anuncios que tras las elecciones pasarán al olvido una vez más, pero por más abundante que sea la niebla creada, cada vez más personas de nuestra villa tienen la capacidad de ver la realidad.
El gobierno municipal finge y grita que en Avilés todo va de maravilla, pero no por ello la realidad se transforma en lujosos ropajes, el rey está desnudo y ya no hay máquina de humo que lo oculte.
Pedro de Rueda
Presidente del PP de Avilés y concejal del grupo municipal
Artículo de Opinión publicado en La Voz de Avilés
