La irrupción del covid-19 hace ya año y medio ha puesto en jaque a nuestro sistema sanitario. La excepcionalidad de la situación vivida con ocasión del mismo, ha revelado algunas de las deficiencias que éste presenta, tales como carencias organizativas, estructurales y profesionales que, resultan especialmente patentes en atención primaria, al ser la red más próxima al ciudadano.
El rol de la atención primaria es incuestionable, tratándose del modelo más indicado para actuar y paliar los efectos de una pandemia, además de proporcionar cotidianamente una atención sanitaria, humanizada y cercana. No en vano, los equipos de atención primaria (EAP) son quiénes mejor conocen a la población que atienden, sus riesgos y sus problemas socio-sanitarios y de salud, lo que les permite desplegar un modelo eficaz de cribado, seguimiento y atención a los enfermos, garantizándoles una asistencia integral para el conjunto de problemas de salud que presentan.
Sin embargo, lejos de reforzar la atención primaria, asistimos a un desmantelamiento de la red sin precedentes; prueba de ello, es que de las 497 plazas de la OPE de Enfermería que han sido publicadas, en virtud de la resolución del BOPA de fecha 24 de septiembre, ni una sola se ha destinado a atención primaria; lo que supone necesariamente debilitarla más aún.
Pese a que el Gobierno del Principado, haya anunciado planes de choque para reorganizar la red e intentar paliar la saturación que se vive en los centros de salud e igualmente para minorar las listas de espera de la red hospitalaria que alcanza cifras alarmantes; no se trata sino de meros ‘parches’ que no resuelven la actual problemática sanitaria y que se incumplen sistemáticamente.
Desde el grupo municipal del Partido Popular exigimos al Gobierno del Principado, como ya hiciéramos con la moción presentada en el pasado Pleno municipal, que destine más recursos materiales y humanos a reforzar la atención primaria, por tratarse de la inversión probadamente más eficiente para mejorar la calidad asistencial.
Es imprescindible adoptar con carácter urgente una estrategia sanitaria global que permita reestructurar y adecuar nuestro sistema de salud a las necesidades actuales, lo que, pasa necesariamente por apostar por la red de atención primaria para reforzarla verdaderamente, sin descuidar la hospitalaria. De lo contrario, parecería que el señor Barbón está más interesado en recoger premios que en resolver los problemas de los asturianos, a los que se debe.
